viernes, 23 de abril de 2010

Mayo 2010: No tengas miedo de la teología

La Biblia fue escrita de tal manera que requiere mucho estudio. Si no quieres meditar y pensar en las Escrituras, no vas a llegar muy lejos en tu conocimiento de Dios. La ignorancia no es espiritualidad. Hoy en día, la palabra ‘teología’ casi nos da miedo. ¿Pero por qué? Cuando dices, ‘Cristo es el Señor’, eso es teología. Cuando dices, ‘Dios me salvó del pecado’, eso es teología.

Cuando empiezas a hablar de Dios, te haces teólogo. La teología, definida simplemente, es el estudio de Dios. ¿Y qué hay más sublime que eso? Una vez comentó Rousseau que si uno quita todas las palabras complicadas de la filosofía, uno queda con una vergüenza. La teología no ha de atemorizarnos. Pablo dijo a Timoteo, ‘Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado… usa bien la palabra de verdad’ (2 Timoteo 2:15). Allí está la tarea del teólogo de Dios.

Los patriarcas, profetas y apóstoles eran todos teólogos. No tenían miedo de pensar en Dios. Conocían a Dios; vivían con Él y señalaban a su Cristo. Los padres de la iglesia eran teólogos; los reformadores eran teólogos; nuestros predicadores y hombres de Dios más estimados en el siglo XXI son todos teólogos. Conocen la Palabra de Dios y al Dios de la Palabra. Los teólogos bíblicos promueven un Cristo glorioso. Su enfoque, en todo, es Su gloria. Éstos saben que Jesús es supremamente digno de alabanza y exaltación. La razón por la cual tenemos tanta pobreza en el púlpito es porque los predicadores no meditan en las Escrituras. La Palabra no está escondida en su corazón. Y la misma regla se aplica a los bancos. ¿No echas de menos oír acerca de un Cristo excelente en los sermones evangélicos? ¿No estás cansado de teología de burbujas que promete mucho, pero a la hora de la verdad, te deja vacío por dentro?

Debido a la falta del conocimiento y teología bíblicos que reina hoy, vemos un sublevamiento de teología no-bíblica. No es ni sana, ni probada, ni provechosa. La teología comercial es lo que vemos por todos lados. Es lo que domina en las llamadas iglesias cristianas. Las cosas de Dios se han convertido en un negocio. Cristo es un producto que moldeamos y manipulamos para satisfacer los caprichos del gran público. La teología comercial jamás se atrevería a ofender a nadie; no predicará en contra del pecado; dirá que ‘todo está bien’ cuando todo no está bien- paz, paz, pero no hay paz. Ahora Dios es una marioneta a quien dictamos, y le cambiamos conforme a las modas de la sociedad. En la teología comercial, la regeneración se convierte en educación; la santificación significa ser una persona exitosa; la salvación equivale a prosperidad económica. ¡Confiesa tu deseo positivamente, y verás a esta deidad del siglo XXI (que hemos inventado nosotros) llevar a cabo todos tus deseos! ¿Por qué tal basura se predica? Escuchamos estas tonterías semana tras semana. ¿Por qué se están predicando el paganismo y la nueva era en la iglesia de Cristo? ¡Porque dejamos de pensar bíblicamente! Aceptamos cualquier cosa que nos hizo ‘sentir’ bien, y no preguntamos si aquello concordaba con la verdad o no.

Cuando vuelves a escritores tales como Lutero, Calvino, Bullinger, Owen, Charnock, Gurnall, Newton, Bunyan, Edwards, Whitefield, Spurgeon y muchos más, te das cuenta de que aquellos hombres tomaron tiempo para pensar profundamente acerca de las Escrituras. Su teología es fogosa, bíblica y cristocéntrica. Hay una gran necesidad en la iglesia de hoy para hombres y mujeres que toman la Biblia en su mano, y respiran profundo. Necesitamos a personas que tomen tiempo para la enseñanza piadosa; santos que tomen en serio la doctrina. Hay una madurez dulce que marca a aquellos que no tienen miedo de meditar lenta y pacientemente en la gloria del Evangelio. Deja que tu mente sea absorbida por la teología sana. Nuestra generación de microondas nos ha dejado vacantes de profundidad escritural; y la única arma capaz de aplastar estas raíces infernales- la teología comercial- es un ejército de creyentes sanos, bíblicos y cristocéntricos. ¿Serás tú uno de ellos? ¿Tomarás el tiempo necesario para estar quieto y conocer que Él es Dios (Salmo 46:10)?

No tengas miedo de meditar en Dios. Hace mucha falta.

1 comentario:

  1. Amen, así es y sea así. Gracias Will.
    Debemos volver a las sendas antiguas (prefiero decir originales);"El mucho conocimiento envanece"pero se refiere al conocimiento de las ciencias humanas,el conocimiento del Señor siempre enriquece, siempre añade... Yo siempre pienso en el conocimiento humano como en un edificio, ladrillo sobre ladrillo, muros, paredes, ocultan de la luz y finalmente son ruinas. Pero el conocimiento del Señor es sabiduría,mas bien es como un relámpago que ilumina las tinieblas cada vez mas.
    Me alabo, gracias a tu artículo y a tu vida, de conocerle más a El. abrazos
    Antonio Cremades. mi blog
    http://ladobleporcion.blogspot.com/

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